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El economista Jesús Palacios, de Ecoanalítica, ha explicado que la incorporación de los billetes de 200 y 500 bolívares no está directamente relacionada con un aumento de la inflación. Según Palacios, aunque Venezuela ha tenido experiencias negativas con cambios en el cono monetario en el pasado, la situación actual es distinta, con una inflación que ha pasado de 180.000 % en 2019 a una proyección de 40 % para el cierre de 2024.
Sin embargo, la medida genera dudas entre los ciudadanos, especialmente porque el uso del efectivo sigue siendo limitado en muchas transacciones. Un ejemplo claro es el cobro de peajes en carreteras nacionales, donde en algunos casos no se acepta el pago en bolívares físicos, a pesar de que la nueva emisión de billetes busca precisamente facilitar la circulación del efectivo. Esta contradicción ha generado críticas, ya que los venezolanos enfrentan dificultades para realizar pagos en moneda nacional en servicios esenciales.
Palacios también señaló que la falta de efectivo ha complicado operaciones cotidianas, como el transporte público, y ha impulsado una bancarización más alta que en otros países de la región. Aunque la introducción de estos billetes pretende mejorar la dinámica de consumo, la realidad es que aún existen barreras para su uso efectivo en el día a día.
